Algunos están girados o mal hechos porque en realidad la mayoría son hechos en mi propia mesa cuando me aburro. A ver si adivináis cuales son... ¬3¬'' Si os gusta alguno puedo hacerle otra foto y ampliarlo para que se vea mejor <3
GATO DE FRESA
martes, 27 de agosto de 2013
Hola a todos los que estén mirando este blog in this moment! A partir de ahora voy a hacer mas cositas para el blog, y una de ellas es poner vídeos graciosos, musicales o cosas de youtube que me gusten. Pero yo quiero más acción! *^* Necesito que me deis ideas para mas! Comentad ;3 Os espero!!
Por cierto, si queréis que en la nueva sección: ''dibujos'' que haré ponga fotos de dibujos vuestros que estén kawaii los pondré encantada, solo mandadlos a eruconparaguas@gmail.com y pondré vuestro nombre en el dibujo (por si creéis que yo intento robároslos). Os los espero con super ansia *w*
Por cierto, si queréis que en la nueva sección: ''dibujos'' que haré ponga fotos de dibujos vuestros que estén kawaii los pondré encantada, solo mandadlos a eruconparaguas@gmail.com y pondré vuestro nombre en el dibujo (por si creéis que yo intento robároslos). Os los espero con super ansia *w*
viernes, 23 de agosto de 2013
Adventure Time (Marshall Lee x Prince Gumball) Corazón de aire Parte 1
Estoy en mi castillo, intentando concentrarme en un nuevo invento que me ayudará a hacer los preparativos para el chuche baile. De repente noto que la puerta de la habitación se abre, pero no me molesto en girarme para ver quien es.
-Hola Fiona- sin siquiera mirarla sigo con mi invento y haciendo meticulosos cálculos que requieren máxima concentración.
-Hey, Chicle, ¿no tienes ninguna aventura para nosotras?- siento como se acercaba a mi poco a poco.
-No, estos días estoy muy ocupado- sigo sin molestarme en dirigir mi mi mirada hacia ella, montando mi artefacto con toda distracción.
-¿Qué haces?- su cabello rubio y sedoso me roza una mejilla y me entra un escalofrío en todo el cuerpo que hace que se me caiga una pieza de cristal al suelo y se rompa en pedacitos.
-Ugh...- suelto un gruñido y me agacho para recogerlo.
-Y-yo... lo siento Príncipe, solo quería ayudar. Perdóname por favor- Fiona se pone de rodillas a mi lado y me ayuda a barrer con las manos los cristales; de repente su cálida y suave mano roza con la mía y noto como un ligero rubor sube por mis mejillas. Ella levanta la vista y cruzamos nuestras miradas.
Sus azulados ojos son brillantes como dos gotas de agua, y me están mirando tan tiérnamente que creo que el chicle de mi pelo se va a derretir; es tan hermosa, tan perfecta... y me está mirando a mí.
-Lo lamento...- ella también está sonrojada, pero a ella le queda mejor en esas mejillas tan bonitas.
-No pasa nada- le dedico una amable sonrisa y me levanto, tendiéndole una mano para ayudarla a ella a incorporarse. Fiona toma mi mano y se levanta; de repente suena algo en su mochila y ella rebuscar en su interior hasta dar con un teléfono, poniéndoselo cerca de la oreja.
-Soy Fiona. Si, ya. Ok, voy para allá en un segundo- cuelga el teléfono, me sonrío y se despide de mi con la mano.
Este encuentro me ha dejado un tanto atónito, pero vuelvo a concentrarme en mi trabajo intentando prescindir de una pequeña pieza. Después de horas trabajando ya ha oscurecido y estoy agotado, así que se me ocurre salir a dar un agradable paseo nocturno.
La brisa dulce con olor a gominolas, las hojas pegajosas de los árboles de algodón de azúcar agitándose con el viento, la oscuridad tranquilizadora... a veces me gusta caminar sin rumbo y ver hasta donde puedo ir.
-¿Qué haces tu aquí?- una voz familiar suena a mis espaldas. Me doy la vuelta y ahí está, flotando casi sobre mi cabeza.
-Eso te lo debería de preguntar a ti Marshall. Este es mi reino- le lanzo una mirada fría.
-Si, ya me parecía que tu no eras capaz de salir de tu propio reino...- su tono indiferente me llena de rabia y desvío mi mirada de la suya.
-¿¡A qué te refieres con eso!?- exclamo, indignado.
-A nada...- entonces sonríe enseñando sus colmillos y yo me quedo anonadado. Su sonrisa es encantadora y cautivadora me llena, de alguna forma, un parte de mi. Nunca le había visto sonreír, y mucho menos a mi en cuestión.
-Bueno, ya que estás tu aquí podría acompañarte- después de decir esto, sus ojos de color sangre se clavan en los mío como una rosa atravesándome, agradable y suave, diciéndome que lo que acaba de decir no es una pregunta.
-Está bien- me doy la vuelta y sigo andando.
Su presencia me proporciona un aroma a flores y a noche pura, y creo que me encanta.
-¿No te aburres estando todo el día encerrado en tu castillo?- su pregunta me pilla desprevenido.
-Pues... la verdad es que no. Tengo muchas cosas que hacer: inventos pendientes, cuidar de mis chuches, preparar el chuche baile...- con un movimiento rápido pone un dedo ligeramente sobre mis labios y me interrumpe. Siento las mejillas sonrojadas, porque no soporto que me humillen de esa manera.
-Ven conmigo- susurra Marshall, acercándose a mi oreja. Su respiración me acaricia el pelo y un pequeño estremecimiento recorre mi cuerpo.
-¿A qué?-
-Ya lo sabrás...- me guiña un ojo y me coge de la mano. Antes de que me de cuenta estamos volando, surcando los cielos. Entonces me doy cuenta de que Marshall me está cogiendo en brazos y suelto un gruñido.
-Sé que no te gusta, pero es la única forma de que no te caigas- me ruborizo levemente, puesto que no puedo soportar que me cojan de esa manera.
Llegamos a... ¿el reino de hielo?
-¿Qué hacemos aquí?-
-Divertirnos- Marshall coge una tabla de árbol helado y se sienta en ella. Después me invita a sentarme delante suya, a lo que yo acepto.
-¿Preparado?-
-¿Qué...?- antes de que dijera nada mas, dio un pequeño impulso y salimos disparados montaña abajo. El susto y el miedo por la extrema velocidad a la que vamos me obliga a aferrarme a la camisa de Marshall, mientras que el solo suelta carcajadas. Cuando la tabla de hielo se para yo estoy temblando y abrazado a Marshall como un auténtico koala. Él me mira y vuelve a sonreírme de esa manera tan penetrante.
-¿Tienes miedo?- me rodea con sus brazos, fuertes y frío; pero yo me levanto bruscamente y me alejo unos pasos de él, completamente sonrojado.
-¡Claro que no! Es solo que íbamos a una velocidad demasiado... excitante-
-¿Quieres decir que estás excitado...?- Él alza una ceja y su voz suena con un tono lascivo.
-¡Po-por supuesto que no!- zarandeo la cabeza, alborotándome el pelo, con las mejillas sonrojadas y desviando la mirada.
-Entonces, ¿por qué estás tan sonrojado?- esa pregunta hace que de repente note el frío que hace en ese lugar y se me hiele el cuerpo entero.
-Pues... es que... cuando tengo frío el chicle de mi cara se endurece y se pone de color rojo- intento dar una patética excusa, pero parece que se lo traga.
-¿Tienes frío? Entonces será mejor que te abrigues. No me gustaría que se estropearan estas mejillas tan bonitas- me acaricia el moflete suavemente y se saca la chaqueta, poniéndomela sobre los hombros. Entonces se tapa la boca, como si se riera de algo.
-¿Qué te hace tanta gracias?- le grito, indignado.
-¡Pareces un tomate!- si, efectivamente estaba hecho todo un tomate en ese momento. El calor en mis mejillas podría servir de estufa en este momento.
-Grr- gruño a Marshall, y éste me coge en brazos de nuevo.
-Te llevaré a casa de nuevo-
En la puerta del castillo, me bajó delicadamente y se quedó flotando sobre mi cabeza.
-¿Qué sientes?-
-¿Qué quieres decir?-
-¿No te has divertido?- ahora que lo menciona, he salido un poco de mi rutina... y ha sido agradable pasar un rato entre risas, saliendo de mi reino...
-B-bueno... si...- yo le devuelvo la chaqueta y de repente Marshall me planta un dulce y tierno beso en la frente. Un calor irreconocible relaja todo mi cuerpo y me sonroja las mejillas nuevamente.
-Buenas noches, dulce príncipe- entonces se va.
-Hola Fiona- sin siquiera mirarla sigo con mi invento y haciendo meticulosos cálculos que requieren máxima concentración.
-Hey, Chicle, ¿no tienes ninguna aventura para nosotras?- siento como se acercaba a mi poco a poco.
-No, estos días estoy muy ocupado- sigo sin molestarme en dirigir mi mi mirada hacia ella, montando mi artefacto con toda distracción.
-¿Qué haces?- su cabello rubio y sedoso me roza una mejilla y me entra un escalofrío en todo el cuerpo que hace que se me caiga una pieza de cristal al suelo y se rompa en pedacitos.
-Ugh...- suelto un gruñido y me agacho para recogerlo.
-Y-yo... lo siento Príncipe, solo quería ayudar. Perdóname por favor- Fiona se pone de rodillas a mi lado y me ayuda a barrer con las manos los cristales; de repente su cálida y suave mano roza con la mía y noto como un ligero rubor sube por mis mejillas. Ella levanta la vista y cruzamos nuestras miradas.
Sus azulados ojos son brillantes como dos gotas de agua, y me están mirando tan tiérnamente que creo que el chicle de mi pelo se va a derretir; es tan hermosa, tan perfecta... y me está mirando a mí.
-Lo lamento...- ella también está sonrojada, pero a ella le queda mejor en esas mejillas tan bonitas.
-No pasa nada- le dedico una amable sonrisa y me levanto, tendiéndole una mano para ayudarla a ella a incorporarse. Fiona toma mi mano y se levanta; de repente suena algo en su mochila y ella rebuscar en su interior hasta dar con un teléfono, poniéndoselo cerca de la oreja.
-Soy Fiona. Si, ya. Ok, voy para allá en un segundo- cuelga el teléfono, me sonrío y se despide de mi con la mano.
Este encuentro me ha dejado un tanto atónito, pero vuelvo a concentrarme en mi trabajo intentando prescindir de una pequeña pieza. Después de horas trabajando ya ha oscurecido y estoy agotado, así que se me ocurre salir a dar un agradable paseo nocturno.
La brisa dulce con olor a gominolas, las hojas pegajosas de los árboles de algodón de azúcar agitándose con el viento, la oscuridad tranquilizadora... a veces me gusta caminar sin rumbo y ver hasta donde puedo ir.
-¿Qué haces tu aquí?- una voz familiar suena a mis espaldas. Me doy la vuelta y ahí está, flotando casi sobre mi cabeza.
-Eso te lo debería de preguntar a ti Marshall. Este es mi reino- le lanzo una mirada fría.
-Si, ya me parecía que tu no eras capaz de salir de tu propio reino...- su tono indiferente me llena de rabia y desvío mi mirada de la suya.
-¿¡A qué te refieres con eso!?- exclamo, indignado.
-A nada...- entonces sonríe enseñando sus colmillos y yo me quedo anonadado. Su sonrisa es encantadora y cautivadora me llena, de alguna forma, un parte de mi. Nunca le había visto sonreír, y mucho menos a mi en cuestión.
-Bueno, ya que estás tu aquí podría acompañarte- después de decir esto, sus ojos de color sangre se clavan en los mío como una rosa atravesándome, agradable y suave, diciéndome que lo que acaba de decir no es una pregunta.
-Está bien- me doy la vuelta y sigo andando.
Su presencia me proporciona un aroma a flores y a noche pura, y creo que me encanta.
-¿No te aburres estando todo el día encerrado en tu castillo?- su pregunta me pilla desprevenido.
-Pues... la verdad es que no. Tengo muchas cosas que hacer: inventos pendientes, cuidar de mis chuches, preparar el chuche baile...- con un movimiento rápido pone un dedo ligeramente sobre mis labios y me interrumpe. Siento las mejillas sonrojadas, porque no soporto que me humillen de esa manera.
-Ven conmigo- susurra Marshall, acercándose a mi oreja. Su respiración me acaricia el pelo y un pequeño estremecimiento recorre mi cuerpo.
-¿A qué?-
-Ya lo sabrás...- me guiña un ojo y me coge de la mano. Antes de que me de cuenta estamos volando, surcando los cielos. Entonces me doy cuenta de que Marshall me está cogiendo en brazos y suelto un gruñido.
-Sé que no te gusta, pero es la única forma de que no te caigas- me ruborizo levemente, puesto que no puedo soportar que me cojan de esa manera.
Llegamos a... ¿el reino de hielo?
-¿Qué hacemos aquí?-
-Divertirnos- Marshall coge una tabla de árbol helado y se sienta en ella. Después me invita a sentarme delante suya, a lo que yo acepto.
-¿Preparado?-
-¿Qué...?- antes de que dijera nada mas, dio un pequeño impulso y salimos disparados montaña abajo. El susto y el miedo por la extrema velocidad a la que vamos me obliga a aferrarme a la camisa de Marshall, mientras que el solo suelta carcajadas. Cuando la tabla de hielo se para yo estoy temblando y abrazado a Marshall como un auténtico koala. Él me mira y vuelve a sonreírme de esa manera tan penetrante.
-¿Tienes miedo?- me rodea con sus brazos, fuertes y frío; pero yo me levanto bruscamente y me alejo unos pasos de él, completamente sonrojado.
-¡Claro que no! Es solo que íbamos a una velocidad demasiado... excitante-
-¿Quieres decir que estás excitado...?- Él alza una ceja y su voz suena con un tono lascivo.
-¡Po-por supuesto que no!- zarandeo la cabeza, alborotándome el pelo, con las mejillas sonrojadas y desviando la mirada.
-Entonces, ¿por qué estás tan sonrojado?- esa pregunta hace que de repente note el frío que hace en ese lugar y se me hiele el cuerpo entero.
-Pues... es que... cuando tengo frío el chicle de mi cara se endurece y se pone de color rojo- intento dar una patética excusa, pero parece que se lo traga.
-¿Tienes frío? Entonces será mejor que te abrigues. No me gustaría que se estropearan estas mejillas tan bonitas- me acaricia el moflete suavemente y se saca la chaqueta, poniéndomela sobre los hombros. Entonces se tapa la boca, como si se riera de algo.
-¿Qué te hace tanta gracias?- le grito, indignado.
-¡Pareces un tomate!- si, efectivamente estaba hecho todo un tomate en ese momento. El calor en mis mejillas podría servir de estufa en este momento.
-Grr- gruño a Marshall, y éste me coge en brazos de nuevo.
-Te llevaré a casa de nuevo-
En la puerta del castillo, me bajó delicadamente y se quedó flotando sobre mi cabeza.
-¿Qué sientes?-
-¿Qué quieres decir?-
-¿No te has divertido?- ahora que lo menciona, he salido un poco de mi rutina... y ha sido agradable pasar un rato entre risas, saliendo de mi reino...
-B-bueno... si...- yo le devuelvo la chaqueta y de repente Marshall me planta un dulce y tierno beso en la frente. Un calor irreconocible relaja todo mi cuerpo y me sonroja las mejillas nuevamente.
-Buenas noches, dulce príncipe- entonces se va.
-Caballeros del zodiaco. Todos sabíamos su homosexualidad...
-Así soy yo!
-Preguntas que NO se deben formular
-INFANCIA, AHÍ ESTÁS!
-Abuso animal nivel: pokemon
-Y LA VERDAD DE SU NOMBRE...
-OH DIOS
-Retiradas muy oportunas
-Adorabilidad mode: on
-Mentirijillas de tus amigos troll pokemon
-Vamos Light, tu puedes!
-Chupar un limón y quedarte con la cara...
-PENSAMIENTOS GATUNOS
-Sebastian PLS *^*
-Momentazos otaku
-Toi muertita de amor >w<
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