Llego a la puerta del instituto como un perro, la abro de un portazo y subo las escaleras a tropezones. ''No hay nadie en los pasillos ni en el patio, ¿será demasiado tarde?'' pienso yo, al borde de la desesperación.
Por fin alcanzo la puerta de mi aula correspondiente y entro sin vacilar. Mi mente queda colapsada durante unos segundos. ''¿Es algún tipo de broma? ¿Qué rayos ha pasado aquí?'', la sala estaba completamente vacía. Con toda la conmoción no me doy cuenta de la presencia de otra persona a parte de mi, pero pronto giro la cabeza y ahí está. Clavículas tentadoras, tórax fuerte, mirada lasciva, labios finos y sensuales, cabello oscuro como el azabache, piel blanca y suave como una tela, músculos perfectos; lo necesito y lo quiero. Tal vez parezca un homosexual que intenta seducir a todos los hombres que tengan una perfección impoluta, y tal vez lo sea, pero solo lucho por lo que quiero y necesito. El hombre estaba sentado en la mesa del profesor, con los brazos cruzados y recostado en la silla, mirándome a mí.
-¿Eres consciente de la hora que es?- de su boca brota una voz musical y masculina que me llena el estómago de petardos.
-Si, perdone por llegar tan tarde...- mis ojos recorren toda su figura desde su mirada incandescente hasta su tierna cintura,
-Sal de la clase- ahora tiene un tono mas áspero.
Yo me quedo un tanto confuso, pero finalmente reacciono y frunzo el ceño.
-¡No he hecho nada! ¿por qué debería de salir?-el hombre saca algo de uno de los cajones del escritorio y señala un reloj de bolsillo,
-Los alumnos de mi clase no entran al aula ni muy tarde ni muy temprano-su tono amenazante me deja completamente anonadado, pero soy demasiado cabezota como para hacerle caso.
-No tengo por qué, porque he llegado antes de que empiecen las clases y no hago nada malo- replico, con un tono algo impertinente. El hombre me mira de hito en hito y hace un ademán para que salga.
-Podrás entrar cuando suene el timbre dentro de diez minutos, pero por ahora aguanta fuera o tendré que ponerte una sanción- salgo de la clase a regañadientes y con malos humos. ¡¿Quién se ha creído ése?! Si va a ser mi profesor y he empezado con amenazas y con mi primera metedura de pata ya antes de que empiece el primer día en clase, entonces no quiero saber cómo será este curso.
-¿Eres consciente de la hora que es?- de su boca brota una voz musical y masculina que me llena el estómago de petardos.
-Si, perdone por llegar tan tarde...- mis ojos recorren toda su figura desde su mirada incandescente hasta su tierna cintura,
-Sal de la clase- ahora tiene un tono mas áspero.
Yo me quedo un tanto confuso, pero finalmente reacciono y frunzo el ceño.
-¡No he hecho nada! ¿por qué debería de salir?-el hombre saca algo de uno de los cajones del escritorio y señala un reloj de bolsillo,
-Los alumnos de mi clase no entran al aula ni muy tarde ni muy temprano-su tono amenazante me deja completamente anonadado, pero soy demasiado cabezota como para hacerle caso.
-No tengo por qué, porque he llegado antes de que empiecen las clases y no hago nada malo- replico, con un tono algo impertinente. El hombre me mira de hito en hito y hace un ademán para que salga.
-Podrás entrar cuando suene el timbre dentro de diez minutos, pero por ahora aguanta fuera o tendré que ponerte una sanción- salgo de la clase a regañadientes y con malos humos. ¡¿Quién se ha creído ése?! Si va a ser mi profesor y he empezado con amenazas y con mi primera metedura de pata ya antes de que empiece el primer día en clase, entonces no quiero saber cómo será este curso.
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